Por Minyoung Son
En las primeras horas de la mañana del 21 de septiembre, un grupo numeroso de vecinos del Bronx, uniformados con camisetas verdes especialmente diseñadas, se reunió en la huerta comunitaria La finca del sur, ubicada en la calle 138 Este.
El grupo, parte integrante de la protesta denominada People Climate’s March, se reunió allí para empezar la jornada con una rutina de preparación. “Vamos a tomar una posición y darle un giro al curso de la historia”, dijo Mychal Johnson, cofundador de South Bronx Unite. “¡Vamos a tomar las calles para exigir ese mundo que está a nuestro alcance!”
South Bronx Unite, una coalición integrada por grupos locales, tiene un objetivo específico para participar en la protesta: reclamar sobre la contaminación del aire en el Bronx. Puntualmente, este grupo denuncia a la cadena de venta de alimentos en Internet FreshDirect, que planea mudar su centro de operaciones desde Long Island City hacia una zona colindante con el río en la parte sur del Bronx. Esta es un área donde uno de cada cinco niños padece de asma. “La comunidad del sur del Bronx, durante décadas, ha sido escogida para arrojar la basura”, dijo uno de los participantes. “Se construyen almacenes en vez de áreas verdes. Sus camiones de distribución, que funcionan con Diesel, contaminarán aún más el aire de esta área.”
Virginia Ayress, 56, creadora de las camisetas que utilizaron los manifestantes, explicó su diseño. “Monsanto ha creado las semillas transgénicas. Yo quería que se vea el maíz, un producto típico de las comunidades indígenas de toda América. El agua: no hay suficiente. Además, la poca agua que tenemos está siendo contaminada por el arrojo de desperdicios.”
Mientras esperaban el tren 1 en la estación de la calle 149, los cánticos del grupo capturaron la atención de las personas que se hallaban cerca. “¿Qué quieren ustedes?” “¡Justicia!” “¿Cuando la quieren?” “¡Ahora!”.
Al llegar al punto de partida, en los alrededores de Columbus Circle, los esperaba una falsa réplica de un camión de Fresh Direct con una enorme pancarta que decía: “Fresh Direct quiere construir en el sur del Bronx sobre un camposanto de los nativos de Norteamérica. Un área que además es propensa a las inundaciones”.
Allí, el grupo se encontró con otras 1574 organizaciones y un número estimado de 400,000 manifestantes. Pasaron por Columbus Circle, marcharon desde la calle 58 hasta la 42, sobre la Avenida de las Américas. Los activistas del sur del Bronx, provistos de gigantescos inhaladores para el asma, cantaron durante toda la ruta: “El South Bronx pide respeto , boicot a Fresh Direct!”
El climax de la protesta llegó a las 12:59 p.m. cuando la muchedumbre levantó las manos sobre sus cabezas, guardando un minuto de silencio y recordando a las víctimas del cambio climático. A la 1 p.m., empezó a sonar una alarma “para promover la acción y el cambio”.
La marcha acabó al final de la calle 34 Oeste con la Avenida 11, donde los participantes prometieron continuar en la lucha, contra el cambio climático, dejando mensajes de esperanza escritos sobre tiras de tela.
“Tenemos que asegurarnos de permanecer juntos, continuar con nuestra difícil pelea por la justicia ambiental en el sur del Bronx y alrededor del mundo”, dijo Mychal Johnson, uno de los cuatro delegados que no pertenecen al cuerpo diplomático y que representan a los EE.UU. en la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático.
La diversidad de los participantes en esta marcha permite que veamos que los temas de protección ambiental pueden unir a las personas, independientemente de su edad, raza, sexo, nacionalidad u origen.
Los manifestantes del Bronx dijeron que aquí lo que está en juego es muy importante. “Marchamos por la vida,” dijo Omar Freilla, uno de los coordinadores de la cooperativa Green Worker. “Estoy acá con mi hija, amigos y familiares, porque queremos vivir. Tenemos el derecho a crecer y a desarrollarnos, sin tener que preocuparnos por la calidad del aire.”
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