By Cristina Bernardini
Bronx Journal Staff Writer
Para Michael Reyes, usar una camiseta con la imagen del Che Guevara significaba sólo una declaración de moda más. No sabía que lo podía meter en una pelea a puñetazos.
Para Roberto Dume, exhibir la imagen de la controversial figura revolucionaria es una muestra de solidaridad con el sueño de Guevara de unificar a toda Latinoamérica.
Para Victor Gonzales, llevar la imagen de “una persona cool” en su camiseta le parecía correcto, aunque admite que sabía muy poco sobre Guevara.
Sin embargo, para Lisa Fernández, el barbudo y emboinado, Ernesto “Ché” Guevara, no es nada más que el vivo retrato de un asesino.
Obviamente “El Ché”, un argentino que luchó junto a Fidel Castro en la revolución cubana para derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista, significa cosas muy distintas para diferentes personas.
En teoría, mientras algunos apoyan lo que “El Che” quiso conseguir para el pueblo cubano, otras personas, que sufrieron dolor y angustias por culpa de él, son incapaces de juzgarlo bajo la misma luz.
Es por eso que la moda de plasmar su imagen en toda clase de ropa y accesorios resulta tan ofensiva para los cubano-americanos mayores. Ellos recuerdan a los centenares de víctimas ejecutadas por sus pelotones de fusilamiento, cuando el Ché y Castro tomaron el control de Cuba en 1959. Aún así, son muchos los jóvenes estadounidenses a quienes simplemente no les interesa la cara que esté impresa en sus camisetas. Lo que les importa es que se vea bien, que esté a la moda.
Información sobre la vida, ideales, dificultades, logros e incluso sobre la controversial muerte de Ernesto “Che” Guevara en 1967 – se encuentran con facilidad en internet, en películas y en libros.
La nueva pelicula “Che”, dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por Benicio del Toro se estrenara el 9 de enero en los teatros de Nueva York. Aunque no ha sido introducida del todo a la audiencia norteamericana, su existencia ya ha causado gran conmocion, y ha levantado grandes expectativas
A través de la comercialización de su imagen, el Ché se ha convertido en un símbolo internacional de la contracultura. Más de cuarenta años después de su muerte–combatiendo en una guerra de guerrillas en Bolivia– el “Culto del Che” es más fuerte que nunca. Sólo basta entrar a la tienda más pequeña de ropa o incluso a las de ropa de segunda mano en el Bronx para encontrar gorras, camisas, broches, suéteres, sacos y pañuelos con su imagen.
Cada vez con mayor frecuencia vemos a jóvenes latinos vestirse con imágenes del Ché. La mayoría declara que sólo es una moda. Algunos usan su imagen sin saber quién era ni lo que representaba. Ni tienen idea de que algunas personas encuentran aquella imagen bastante ofensiva.
Reyes era uno de ellos. Su camiseta del Ché sólo era una prenda que él vestía para estar a la moda.
Cuando Reyes se puso su camiseta en un reciente viaje a Miami–la capital de los cubanoamericanos que odian al Ché–él y su amigo fueron enfrentados por un grupo de jóvenes universitarios cubanos que se sintieron ofendidos por las preferencias de Reyes en cuestiones de moda.
“Me dijeron que en aquellos lugares no querían al Che, porque fue un tirano. Me preguntaron si yo conocía la verdadera historia del Ché”, recuerda Reyes. “Yo no sabia que vestir una camiseta me resultaría en un moretón en el ojo”.
Reyes y su amigo se dieron cuenta de que eran demasiados contra ellos dos. Así que Reyes respondió de la manera más calmada y honestamente posible, diciendo “Ché tenia ciertos ideales buenos pero sí mató a personas en las que no podía confiar o aquellas que no lo siguieron”.
En Miami esa era la respuesta equivocada.
La discusión se tornó violenta y pronto se transformó en una brutal pelea. “Todo por la política”, recuerda Reyes. Los jóvenes cubanos le hicieron trizas su camiseta y ahora no puede ponérsela. Y aunque el moretón en el ojo ya desapareció, él conserva la camiseta destrozada como recuerdo de aquella pelea.
Para Gonzales, que aprendió mas sobre Guevara después de que ya vestía en su pecho la imagen del líder revolucionario, su camiseta ahora es un símbolo de la liberación humana. Para él, Guevara fue “el primer liberador”.
“Me gusta mi camiseta porque representa todo aquello en lo que yo creo”, dice Gonzalez. “Yo estoy de acuerdo con Ché en que se puede matar a un hombre pero no se puede matar al ideal. Su imagen ya no representa la de un hombre sino la de un ideal”.
Gonzales dice que si se encuentra con una persona que se siente ofendida por la imagen del Ché, “Le diría a esa persona que esto se trata de opiniones y que no hay manera de batallar con opiniones. Yo soy bastante tolerante”, añade él. “Yo pienso que cualquier persona tiene el derecho de pensar lo que quiere y descubrir las cosas a su debido tiempo”.
Aún así Gonzales, dejó de ponerse la camiseta con la imagen del Ché. No porque tuviera miedo de que le sucediera lo mismo que a Reyes sino porque “Me he dado cuenta de que los niños pobres de Suramérica, por los cuales él peleó, son probablemente los que producen esas camisetas que yo he visto”.
Gonzales dice que aunque el “Culto de Che” esta dando a conocer más a su héroe plasmando su imagen en toda clase de ropa y accesorios, “también es la peor cara del capitalismo”.
“Pienso que por una parte la moda es positiva porque lo están dando a conocer”, dice Gonzales. “Pero por otra parte están vendiéndolo y eso no es lo que el Ché deseaba. En general, creo que esta nueva tendencia, esta nueva moda es estúpida”.
Para Fernández, una cajera Cubanapuertorriqueña que trabaja en un supermercado del Bronx, las personas que se visten con la imagen del Ché son “muy insensibles”. Así él hubiese sido un gran revolucionario, “participó en la matanza de muchas personas inocentes”.
“Es como si alguien caminara en los Estados Unidos vestido con una camiseta de Osama Bin Laden”, añade Fernández. “Estoy segura de que hay gente que creen que Bin Laden es beneficioso para el Medio Oriente, pero él también tuvo mucho que ver con la muerte de miles de personas inocentes el 11 de septiembre. Nunca consentiría que nadie se vistiese con su imagen”.
Y lo mismo va para el Ché Guevara, dice Fernández. “Para mí el no es un ejemplo a seguir”, añade. “¡Personas que son buenos ejemplos a seguir no tienen que matar para probar su punto de vista!”
Pero para Dume, un ex-estudiante de Lehman College, Guevara sí fue un modelo a seguir.
“Che fue parte de una revolución, eso lo convirtió en un revolucionario, pero él mas bien era un humanista”, dice Dume. “Sus intenciones, especialmente cuando estaba batallando en las junglas de Bolivia, fueron de unificar a toda Latinoamérica. No como dicen algunos, el derrocar a los Estados Unidos, sino establecer un súper poder que pudiera competir y que no fuese capitalista, sino comunista”.
Dume tiene varias piezas y parafernalia de Che Guevara pero dice que no les hace alarde. Él sabe que no todos respetan a Guevara como él y no quiere enfrentamientos.
Como sea, Dume dice que las personas que visten la imagen del Che sólo como una moda, se están comportando contra sus enseñanzas. “Sólo lo están haciendo para estar a la moda”, dice Dume, “y eso no era lo que el Che Guevara representaba”.
Un profesor de Lehman College, José Luís Renique está de acuerdo. El dice que Guevara, “se ha transformado nada más que en un icono para las nuevas generaciones. Como Elvis Presley o John Lennon”. Él indica que las camisetas de Guevara son mucho más que una moda; son para ganar dinero. “Tienen que ver con decisiones de negocios”, Renique añade. “Los empresarios sólo están buscando un icono o una iconografía que venda”.
Renique es un estudioso originiario del Perú. Enseña historia Latinoaméricana y ha estudiado la vida del Ché Guevara y su papel como político y como guerrillero. Como profesor, le ha interesado ver hasta qué punto el Ché se ha convertido en un mito. Él dice que la mayoría de las personas no conocen el papel histórico de Guevara. “Ellos lo ven sólo como un icono, pero en realidad no saben por qué ni cómo explicarlo, si es que tú les pides que lo hagan”.
¡Excepto–claro–los cubano-americanos! Ellos dicen que Guevara estaba en contra de la libertad, de la democracia, y de todo lo que se valora en Estados Unidos. Dicen que era un implacable marxista y extremista, que odiaba a los Estados Unidos y quería gobernar a Latinoamérica bajo un régimen comunista totalitario, semejante a la dictadura de 48 años de Fidel Castro en Cuba.
Quizás sea por la fuerte oposición en contra de la moda, que glorifica al lider rebelde, lo que ha causado un contra ataque al oculto del Che. Contrarrestando al “Culto del Ché” se puede ver ahora más y mas símbolos anti-Guevara, incluyendo un retrato del Ché formado por un collage de fotos de las personas que perecieron ejecutadas por los pelotones de fusilamiento que él ordenó.
Mary y Manny Olivero, un matrimonio cubano que vino a los Estados Unidos hace 52 años –antes de que Castro tomara el poder en 1959 –, dicen que se sienten muy ofendidos cuando ven al Ché Guevara, un revolucionario brutal, usado como accesorio de moda.
“Él era malo y es un mal ejemplo a seguir para los jóvenes”, dice Mary.
Su esposo está de acuerdo. “Personas como el Ché deberían ser condenadas al olvido por los horribles actos que cometieron”, dice Manny. “No deberían ser realzadas de ningún modo, menos aún por la nueva generación que ni siquiera estaba viva para saber cómo él era en realidad”.
Desde su regreso a Miami, Reyes dice que ha aprendido a apreciar el sentir de los cubanoamericanos acerca del Ché. Él admite que estaba bajo la mala impresión de que–al Castro haber estado en el poder por tanto tiempo– todos los cubanos querían a Guevara, al igual que a Fidel.
Sin embargo, conocer el impacto negativo que puede tener su camiseta en los demás, no lo ha disuadido a dejar de vestirse con la imagen de Guevara como un accesorio de moda. La única diferencia es que ahora Reyes se siente más preparado para defenderse.
“Muchos de quienes se visten con la ropa del Ché no saben nada de él, sólo lo hacen para estar a la moda”, dice Reyes. “Ellos deberían estar listos para defenderse si se topan con alguien que sí conoce lo que el Ché representa y lo detestan”.
Sintiéndose más educado y con la mente más abierta acerca de la figura de Ernesto Guevara, sabiendo que el líder rebelde es respetado por unos y odiado por otros, Reyes dice sentirse mejor preparado para pelear, esta vez con palabras y no con los puños.
“Me destrozaron la camiseta, entonces me compré una sudadera”, añade bromeando. ¡“¡Vamos a ver si me pueden romper ésta!”
marco canedo | February 14, 2014
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me encanta como mucha gente tiene opinions diferentes hacia el che pero haya sido lo que haya sido siempre sera el che
Gabriel Mardiros | February 26, 2017
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Hasta La victoria … Unos aman unos odian Pero Nadie puede ignorar la Historia de Che