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¿Están Los Medios Afectando Su Vida?

Andrea Diaz

Bronx Journal Staff Writer

Originally published Spring 2008

Pensemos en cualquier día habitual de nuestras vidas. Nos despertamos con nuestro celular o con la alarma del radio. Mientras nos preparamos para salir, prendemos la televisión para ver los programas de la mañana. Cuando nos subimos en el auto, la radio se prende automáticamente o sí caminamos o usamos cualquier transporte público siempre estamos escuchando alguna melodía.

Al llegar a nuestro destino muchos tomamos el ascensor; en alguno de ellos podemos escuchar música y en otros hasta podemos ver en una pequeña pantalla las noticias más importantes del día.

Si estamos en el trabajo o en la escuela, nos sentamos en frente de una computadora para usar el Internet y revisar nuestros correo electrónico.

Después de haber terminado con las actividades del día, escuchamos uno de nuestros discos compactos favoritos, el MP3 o la música de nuestro IPOD. Y cuando llegamos a casa, el ciclo se repite, ya que usamos la computadora, nos entretenemos con juegos de video, escuchamos la radio y vemos televisión hasta quedarnos dormidos.

Esta es la rutina diaria de muchos. La imagen está clara, ¿verdad?  No podemos vivir sin los medios de comunicación o la “nueva tecnología.”

Lo que vemos en la televisión, lo que leemos en los  periódicos y revistas, la música y los comerciales que escuchamos en la radio o hasta lo que escuchamos y leemos en el Internet son los factores que moldean e influyen en nuestras vidas. En la mayoría de los casos nos influyen tanto que son capaces de decirnos qué es lo que debemos comer, cómo debemos vestirnos, cómo debemos vernos y hasta cómo debemos comportarnos.

Nos guste o no, los medios están siempre ahí, cambiando nuestras vidas. Y la única forma de evitar su influencia sería si nos trasladamos a una cueva en algún lugar remoto lejos de la civilización.

Los profesionales de estos medios dicen que lo que podemos hacer es determinar hasta donde permitimos que los medios nos afecten.  Por ejemplo, así como muchos de nosotros elegimos no ver telenovelas, también podemos tomar una decisión consciente para no convertirnos en adictos del Internet, juegos electrónicos, de las compras impulsivas para mantenernos al día con la moda, o permitir que nuestros hijos vean televisión en exceso porque es mucho más barato que pagarle a una niñera, o hasta desarrollar de-sórdenes alimenticios porque queremos vernos más delgados.

“Los medios ayudan a moldear y a darle forma a la mente de las personas”, comentó Carlos Austin, Director de Producción Local y Relaciones Públicas del canal CW11. “Esto puede afectar su personalidad, para bien y para mal.”

Su colega,  Wil Ocasio quien es el  Editor General de las noticias de esta empresa, dice que las personas son las que deciden como usar la información que reciben de los medios.  “El trabajo de los medios, no se basa en decirles como deben actuar”, expresó Ocasio, “pero ciertamente esto se convierte en un problema social, cuando las jóvenes dejan de comer para ser igual a las modelos delgadas”.

La profesora Lenore Schultz, quien enseña Psicología del Medio Artístico en Lehman College, dice que los medios nos hacen imitar a otros. “Algunos admiran la belleza, el poder y otros imitan a los líderes,” comentó.

Por supuesto, esto no siempre resulta ser algo positivo. Algunas de estas personas terminan decepcionándonos porque sólo son imágenes del medio.

De acuerdo al Departamento del Censo de los Estados Unidos, a finales del 2007, los jóvenes y adultos americanos verán televisión, usarán el Internet, leerán el periódico y escucharán música en un promedio de 3.518 horas.

Este departamento también reportó que a medida que disminuye nuestro tiempo de lectura, el tiempo que pasamos viendo televisión continúa aumentando. Y el aumento es mucho más drástico cuando hablamos del Internet.

Un estudio realizado por la Fundación de la Familia Kaiser (Kaiser Family Foundation) señaló que el tiempo que los niños de edad pre-escolar pasan frente a un televisor, a una computadora, o jugando, es el mismo, convirtiéndose aumentando tres veces más que el que emplean para leer.

Es por esto que muchos padres no sólo controlan el tiempo que sus hijos emplean para ver televisión, navegar en Internet, entretenerse con video juegos y escuchar música, sino que también controlan el contenido de la programación, las páginas Web que visitan, los juegos que utilizan y  la música que sus hijos escuchan.

“Cuando ponemos a un bebé o a un niño en frente de un televisor, el cerebro se de-sarrolla en forma diferente”, explicó Schultz. Como resultado, “Ellos no comen apropiadamente y no juegan con otros niños”.

Schultz también dijo que “el Internet nos da mucho más acceso a información, es una herramienta que podemos usar para causar el bien o el mal y realmente depende de nosotros como lo queremos usar.”

Aquellos que lo han usado apropiadamente, han obtenido un gran beneficio. Este los ha ayudado con  sus tareas, con la búsqueda de direcciones y  les ha permitido comunicarse con personas que se encuentran a miles de millas de distancia.

Austin también aseguró que debemos reconocer que los medios también pueden hacer cosas positivas. “Si estamos viendo las noticias y hay un reportaje sobre algo de lo que no sabemos, esto nos puede incentivar a participar. Eso es algo positivo,” dijo Austin.   La televisión también nos ofrece documentales, programas educativos y otros programas de calidad que enriquecen nuestras vidas.

Todos dependemos de los medios para enterarnos sobre deportes,  películas, programas o hasta cuando queremos adquirir un producto. Pero,  ¿estamos en peligro de “intoxicarnos” con un exceso de consumo de los medios?

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