By Miguel Perez
Originally published Fall 2007
Es hora de mostrar la diversidad y riqueza de la cultura hispana y latinoamericana, un mes para vestir coloridos trajes étnicos, ondear las banderas, marchar en desfiles, y asistir a cócteles. Pero debería ser mucho más que eso. Este no es el mes de fiesta hispana. Es el mes de la herencia hispana. Deberíamos ponerle un acento a la palabra herencia.
No me mal interpreten: Marchar en un desfile es estupendo, pero primero tienen que saber por qué se marcha.
¿Simplemente qué estamos celebrando?
Desafortunadamente, muchos latinos estadounidenses, sin que sea su culpa, no están conscientes de su propia herencia. Si su educación esta basada en la historia americana, probablemente no conocen lo que lograron sus ancestros porque fueron ignorados.
Pero los latinos tienen una larga historia de contribuciones a la sociedad norteamericana – desde aquellos que construyeron la primera ciudad hasta quienes murieron, y siguen muriendo, luchando para defender esta nación y nuestra libertad – historia que se ha dejado fuera de los libros de textos y salones de clases.
Para muchos latinos, este es el tiempo para celebrar como si no hubiese un mañana. Y no hay nada de malo en eso, siempre y cuando también lo utilicemos para excavar y sacar las raíces de nuestra herencia y recordarle al mundo que nuestros antepasados desempeñaron un papel importante en cambiar el curso de la historia norteamericana.
Estados Unidos es tan hispano como lo es el inglés, porque nació desde la cuna de América, de las antillas.
Para los latinos, este debe ser el momento para recargar nuestras pilas culturales, un tiempo para almacenar municiones históricas y armarse contra aquellos que nos ataquen con estereotipos o malentendidos.
Algunas correcciones se han realizado recientemente en muchas escuelas que ofrecen programas de educación multicultural. Pero en general, la enseñanza sobre la función de los hispanos en la historia estadounidense es muy limitada. Esto se debe a que la historia estadounidense siempre ha sido escrita como si este país comenzó cuando los británicos se establecieron en Jamestown, Virginia, en 1607 y los peregrinos pisaron tierra en Plymouth Rock en 1620 — y eso es una clara distorsión de la realidad.
¿Qué vino primero?
¡Para saberlo, olvidemos los libros de historia! Esta distorsión no es más visible que en Jamestown, donde pasé algún tiempo tomando fotografías este verano. Jamestown tiene un subtítulo. Le llaman “El lugar donde nació América”.
Pero hay sólo un problema con eso: San Agustín, Florida, fue establecido por los exploradores españoles en 1565, casi 42 años antes. De hecho, Juan Ponce de León estuvo allí en 1513. No se quedó porque encontró la fuente de la juventud y se llevó muchos barriles de agua para Puerto Rico, pero Ponce de León y sus hombres fueron los primeros europeos que pisaron la tierra que ahora es territorio estadounidense. Pedro Menéndez de Avilés y sus hombres fueron quienes finalmente se establecieron en San Agustín en 1565.
Está bien documentado que el primer día de Acción de Gracias en los Estados Unidos no tuvo lugar en Plymouth Rock en 1620, fue en San Agustín el 8 de septiembre de 1565, cuando los españoles celebraron la primera misa en suelo estadounidense y compartieron una cena con los nativos.
Cuando vas a Jamestown, te dicen que estás visitando “el primer pueblo permanente de los británicos” en el territorio que luego se convirtió en los Estados Unidos, pero no te dicen que hubieron otros pueblos construídos por los españoles décadas antes. El pasado mes de mayo, el Presidente Bush y la reina de Inglaterra fueron a Jamestown para celebrar su 400 aniversario. La noticia hizo muchos titulares.
Pero hubo pocos titulares cuando San Agustín celebró su 442 aniversario en septiembre.
Cuando visité San Agustín este verano, tuve la oportunidad de entrevistar a Harry Metz, el historiador oficial del parque arqueológico donde está la Fuente de la Juventud. “¿Por qué Jamestown alega que es la cuna de América?” le pregunté.
El sonrió y me dijo: “Por aquí contamos un chiste: Cuando estaban construyendo Jamestown, ya nosotros íbamos por la renovación urbana”.
Las expediciones españolas
Aunque hayan nacido en este país, a veces los latinos son tratados como extranjeros — recién llegados. Pero la verdad es que nuestros antepasados llegaron aquí primero, y que muchas partes de los Estados Unidos fueron exploradas por conquistadores españoles casi 100 años antes de la llegada de los británicos.
Ellos establecieron colonias en Florida, California, y por todo el suroeste. Descubrieron el río Mississippi, el Gran Cañón, la bahía de San Francisco, y muchos otros lugares distintivos de Norteamérica.
Pero todo lo que sucedió aquí antes de 1607 siempre ha sido minimizado e ignorado por los historiadores norteamericanos. Y lo mismo se aplica a las contribuciones que hemos hecho durante los últimos dos siglos.
Tres siglos de una herencia hispana que ha sido ocultada – ese debe ser el enfoque principal en el mes de la hispanidad.
Este es el momento para llenar los vacíos en los libros de historia y mostrarle al resto de la sociedad que este país es tan español como lo es el inglés y que nuestras raíces están firmemente plantadas aquí.
Es un tiempo para celebrar y educar. Es una oportunidad no sólo para regocijarse por la belleza de nuestra música, idioma, y cultura, sino para reconocer que este país no fué explorado, asentado, y colonizado desde el este al oeste — como nos hacen creer con frecuencia – fue desde el sur al norte. Es un tiempo para recordar que en el siglo XVI, fueron los españoles los primeros en explorar más de dos tercios de lo que ahora es territorio estadounidense.
A diferencia del mes de la historia afroamericana en febrero, que se dedica a seminarios, exposiciones y conferencias para reconocer los logros y contribuciones de figuras históricas, que también han sido injustamente excluidas de los libros de historia, en este mes hay muy pocas oportunidades para dialogar sobre los hispanos en la historia estadounidense.
El mes de la hispanidad
La sustancia es la diferencia. En el mes de la herencia hispana — desde septiembre 15 a octubre 15 – hay muchas fiestas y banquetes, la mayoría de los cuales tienen muy poco que ver con herencia hispana.
El mes fue designado por el Congreso en 1988 para sustituir la semana de la herencia hispana, que había sido celebrada en septiembre 15 de 1968.
Es un extraño mes, que abarca la segunda mitad de septiembre y la primera parte de octubre. Pero fue diseñado de esa manera para incluir los días de independencia de varios países latinoamericanos los celebran en septiembre, y el aniversario del descubrimiento de América el 12 de octubre. En septiembre 15, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua celebran su independencia. México celebra el 16 y Chile el 18.
Pero aquí en los Estados Unidos, a veces podemos ser nuestros mismos peores enemigos. En lugar de patrocinar programas educativos y utilizarlos para inculcar orgullo entre los jóvenes latinos, demandar respeto de las instituciones políticas y obtener el reconocimiento de los medios de comunicación, los líderes latinos se complacen con que los políticos le ofrezcan palabras y proclamaciones sin valor.
Hasta los desfiles hispanos – donde al menos existe la oportunidad para exponer la música típica, los trajes tradicionales y el folklor de América Latina – son generalmente convertidos en campañas políticas para funcionarios que raramente atienden las necesidades de los latinos.
Hoy en día, los latinos estadounidenses son más de 44 millones, y el grupo de más rápido crecimiento en la población estadounidense. Somos una comunidad que enfrenta muchas barreras al querer avanzar – más pobres, más discriminados, y menos educados y calificados que los blancos no hispanos, pero cuando escuchamos a los historiadores describir nuestros logros, encontramos muchos motivos para sentirnos orgullosos.
Fuentes de orgullo
Algunas personas no reconocen las contribuciones de los latinos a la libertad que actualmente disfrutamos. Pero muchos latinos estaban entre los que se sacrificaron para que nosotros celebráramos el 4 de julio. Talvez no estemos suficientemente representados en la política, las universidades o en las principales empresas estadounidenses, pero en los campos de combate, la representacion de los latinos es siempre excesiva.
Los hispanos participaron en el nacimiento de nuestra nación; la guerra estadounidense de la independencia. Muchas personas tampoco saben que en la guerra contra los británicos también combatieron españoles, cubanos, puertorriqueños, dominicanos, venezolanos y mexicanos o que ganaron batallas importantes en lugares como Mobile, Alabama y Pensacola, Florida.
El dinero, suministros, municiones y los soldados que España y las colonias españolas dieron a las 13 colonias británicas fueron de suma importancia para lograr la conclusión exitosa de la Revolución Americana.
Y partir de ese momento, los hispanos han luchado en cada guerra estadounidense en una proporción mayor que su porcentaje de la población.
Más de 10.000 latinos lucharon en la guerra civil. Miles de latinos murieron en las dos guerras mundiales y Corea. En Vietnam, los latinos sufrieron 20 por ciento de las bajas, aunque éramos menos del 5 por ciento de la población estadounidense. Hay miles de apellidos hispanos sobre la pared del Monumento de Vietnam en Washington.
Ahora casi somos el 15 por ciento de la población, pero durante la guerra del Golfo Pérsico, se estimaba que entre 36 y 40 por ciento de nuestras tropas de combate eran latinos. En cada guerra, los latinos han luchado con coraje y lealtad incuestionable, ganando numerosas medallas. Los latinos han ganado 43 medallas de honor otorgadas por el Congreso, más que cualquier otro grupo étnico.
Hay muchas otras áreas donde los latinos han realizado importantes logros, desde el mundo empresarial a los deportes y muchas otras profesiones. Nuestros artistas están conquistando Broadway y Hollywood, nuestros científicos han ganado el premio Nóbel, nuestros escritores han ganado premios Pulitzer y sus libros se están convirtiendo en películas. Hemos tenido astronautas latinos, una cirujana general, por un tiempo, hasta el presidente de Coca-Cola, fue un latino. ¿Y qué sería el béisbol de las grandes ligas sin los latinos?
Estos son los modelos ejemplares que deberían ser identificados durante el mes de la hispanidad — los conquistadores de ayer y los que hoy conquistan la sociedad norteamericana. Al exponer nuestras raíces hispanas, este mes puede emprender nuestro deseo de asegurarnos de que nuestra orgullosa herencia ya no sea ocultada.
Héroes desconocidos
Siempre se ha dicho que para saber a donde vas, tienes que saber quien eres y de donde vienes. Pero nuestro sistema educativo falla en enseñar a los estudiantes latinos sus orígenes, haciéndoles más difícil entender quienes son.
Los jóvenes latinos no tendrán muchos modelos ejemplares, pero no es por que no existan. Es por que ellos aún no los conocen. Su educación les ha negado el acceso a sus propios héroes, su propia historia, y así también a su propio futuro.
Por ejemplo, ¿Sabes que Hernando Cortés, el conquistador del Imperio Azteca, en 1536 dirigió una expedición que estableció el primer pueblo en el sur de California?
¿Y que me dices de Juan de Oñate, quien no era Español, sino el hijo de colonizadores Españoles que nació en Guadalajara México? El dirigió expediciones desde el Río Colorado hasta las llanuras de Kansas y colonizo el territorio que hoy conocemos como Nuevo México.
¿Sabes de Hernando De Soto, quien descubrió y exploró el Río Mississippi en 1541?
Los libros de historia Americana nos dicen que Lewis y Clark fueron los primeros hombres blancos en ver la selva norteamericana, por que ellos dirigieron la primera expedición por tierra desde el Este del país hasta las costas del Pacífico, desde 1804 hasta 1806. Nos quieren hacer creer que este país fue explorado y colonizado desde el Este al Oeste, pero eso ocurrió mas de 250 años antes que Lewis y Clark – desde el Caribe y desde México.
De Soto y sus hombres exploraron el territorio que luego se convirtió en Florida, Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Tennessee, Alabama, Mississippi, Arkansas y Louisiana. De Soto fue enterrado en el Mississipi mucho antes que los británicos llegaran.
¿Sabes sobre Bernardo de Gálvez, por quien nombraron a Galveston, Texas? Desde 1779 a 1781, las victorias de sus tropas en el Sur y en el Sur Oeste mantuvieron a los británicos lejos de las tropas de George Washington.
La historia Americana también falla en reconocer las contribuciones de las figuras literarias latinas y patriotas como, el puertorriqueño Ramón Emeterio Betances y el Cubano José Martí, quienes vivieron en Nueva York e hicieron grandes contribuciones desde aquí para lograr la independencia de sus tierras natales.
¿Y que me dices de Carlos Finlay? El era un doctor cubano que estudio en Filadelfia y contribuyo a la terminación del Canal de Panamá, cuándo descubrió que la fiebre amarilla era transmitida por mosquitos.
Dicen que la historia es escrita por los ganadores y fueron los británicos quienes finalmente tomaron a este país. Pero debemos preguntarnos por que los libros de historia presentan a los exploradores españoles como personas que no establecieron y colonizaron, pero solo exploraron, buscaron oro y mataron a los indios – mientras que los ingleses son descritos como piadosos trabajadores quienes vinieron para construir hogares, establecer pueblos y formar familias.
La Leyenda Negra
Esta es la “leyenda negra” que censuraba la historia española-americana y fue usada por los británicos, los holandeses y los franceses cuando empezó la incursión sobre todo lo que había pertenecido a los españoles.
Pero en los primeros 50 años de la presencia española en el Nuevo Mundo, los españoles construyeron cientos de ciudades y colonizaron medio continente.
No me tomen a mal. Los españoles hicieron muchas cosas horribles, pero también hicieron muchas cosas maravillosas. Los británicos nunca descubrieron, ellos redescubrieron. Ellos nunca crearon, ellos recrearon; porque todo lo que vinieron hacer ya estaba hecho.
Solo fíjate en los lugares, las ciudades y los estados norteamericanos que tienen nombres en español. La historia americana falla en reconocer a aquellos que los descubrieron y los nombraron.
Todo lo que uno tiene que hacer para ver la prueba de la presencia hispana en Norteamérica, es ver el mapa y darse cuenta que siete estados tienen nombres en español. Esto también lo vemos en los nombres de ríos, ciudades, el Océano Pacifico, el Golfo de México, el Gran Cañón y hasta un glaciar en Alaska.
¿Por qué tienen nombres en español? Porqué el español fue hablado y enseñado en Norteamérica mucho antes de que una palabra en inglés fuera utilizada.
Aquellos que se oponen al uso de dos lenguas y tratan de hacer del ingles el idioma oficial del país, nunca podrán re-escribir la historia totalmente; porque hasta ciertos estados donde se ha declarado el inglés como lengua oficial, tienen nombres en español: Florida, California, Arizona, Colorado. ¿Qué es lo van hacer, cambiar los nombres de sus estados?
Hablando español.
Muchos americanos hablan español todos los días y ni siquiera se dan cuenta. Existen muchas palabras en español que se han convertido en parte del vocabulario en inglés. Como por ejemplo: Rodeo, lazo, Los Ángeles, San Francisco- talvez no son pronunciadas correctamente, pero están hablando español.
Muchas personas quieren hacernos creer que sus ancestros solo hablaban inglés cuando llegaron a la Isla Ellis. Ellos se rehúsan a reconocer que sus ancestros publicaban periódicos en lenguajes extranjeros, los cuales fueron distribuidos en la pequeñas Italias, Polonias, Alemanias y Rusias.
Ellos se rehúsan a reconocer que durante la historia norteamericana, los letreros y hasta los documentos gubernamentales en otros lenguajes han sido comunes. Sin embargo, tiendas que exhiben letreros en español, el primer idioma europeo hablado aquí, son una fuente de controversia.
Cuando estaba de compras en San Agustín, encontré una tienda que vendía una camiseta muy particular que decía, “Bienvenido a América – Ahora Hable Ingles.”
“No en San Agustín,” grite.
Hasta las celebraciones de la Herencia Hispana son controversiales. Mientras otros grupos étnicos pueden celebrar con orgullo su herencia, a los latinos se les juzga diferente. Cuando tratamos de preservar nuestra cultura y lenguaje, somos injustamente considerados antiamericanos.
Y sobre lo de ser americanos, debemos recordar que hasta el nombre América viene del sur de la frontera, por que mucho antes de que este fuera usado para describir a los Estado Unidos, se aplicó solamente a Suramérica, la parte del continente descubierto y explorado por Amerigo Vespucci, un italiano que navego por España.
Cuando los ciudadanos de los estados unidos se llaman “americanos” y desprecian a sus vecinos de hemisferio, recordémosle que en el Caribe y desde la frontera de México hasta la punta de Suramérica hay millones de latinos que son tan “americanos” como ellos.
Un arco iris de razas
Cuando traten de categorizar a los latinos como una raza, diles que la mayoría de los latinos están orgullosos de sus raíces, españolas, africanas y nativa latinoamericanas y que muchos otros están tan orgullosos de su herencia asiática y judía. Pero diles que a diferencia de la historia americana, la historia latinoamericana no esconde el maltrato de los nativos. Diles que cuando celebramos el descubrimiento del nuevo mundo también estamos conscientes, que esto marca el comienzo del holocausto y la apertura de las puertas a la esclavitud.
Cuando se pongan ofensivos y digan que los latinos solo vienen por el dinero americano, primero debemos recordarles que miles de latinos han muerto defendiendo a esta nación. Después, debemos decirles que cuando el dólar se convirtió en la moneda oficial de los Estados Unidos en 1792, esta fue una modificación del dólar español, el cual había sido circulado abiertamente en Norteamérica.
Entonces, si tú eres latino y tratan de decirte que la historia nunca será corregida, menciónenles que la población latina ya hace a los estados unidos el quinto país con mayor población hispana en el mundo. Diles que somos la minoría más grande – una mayoría en el Bronx – y que pronto tendremos suficientes personas y poder político para asegurarnos que a todos los niños americanos se les enseñe la historia completa de los Estados Unidos.
Y si te preguntan, cuanto tiempo hace que usted y “su gente” viven en este país, díganles que ya son unos cuantos cientos de años. Y si ellos le preguntan cuando hace que usted es americano, respóndale: “Toda mi vida.”
Debemos expresar nuestro orgullo y gratitud por vivir en la mejor nación del mundo. Pero, también debemos enseñar a nuestros compatriotas americanos un poco de historia sobre nuestras contribuciones, desde antes que este lugar se convirtiera en nación. Jugamos un papel muy importante en hacer de esta fuera una gran nación.
Sin embargo, el racismo y la discriminación étnica han afectado la veracidad de la historia de Norteamérica, la misma que ha contribuido a muchos más perjuicios y discriminación.
En estos tiempos en la que las tensiones raciales y étnicas están dividiendo a nuestra sociedad, la educación multicultural es la única vía para bregar con nuestras diferencias y desarrollar un respeto mutuo y tolerancia para aquellos que tienen tradiciones diferentes a las nuestras.
Sembrando las semillas del conocimiento entre los jóvenes latinos, dándoles acceso a su propia historia y a sus propios héroes, podemos estar seguros que ellos caminaran hacia adelante con un sentido de orgullo y autoestima. Y al enseñar a los estudiantes no-latinos más sobre los ancestros de sus compañeros hispanos, podemos promover la armonía social.
Nuestros niños Norteamericanos deben saber más sobre las contribuciones de sus ancestros – españoles, británicos, africanos, italianos, judíos, alemanes, polacos – ¡los que sean! No debemos permitir que el orgullo étnico se disuelva en el llamado “melting pot” Norteamericano. En vez de una olla donde todo se derrite, debemos hacer una ensalada en la que cada ingrediente retenga su rico sabor étnico.
Este es el mes en el que alzamos nuestras esperanzas y aspiraciones, cuando los latinos marchan juntos en las paradas, proclamando su orgullo en nuestra herencia. Pero este también es el momento de corregir las injusticias de la historia. ¡Pongamos un acento en la palabra herencia!
Porciones de este artículo fueron originalmente publicadas en “The Record, de Hackensack” y han sido reproducidas con permiso de ese periódico.
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